En realidad habíamos planeado comenzar urgentemente con la reconstrucción de la vivienda de Julio y su familia tras el regreso de Joel de su estancia en Suiza, pero todo salió al revés …
Nuestra divisa es informar abiertamente también sobre desilusiones, dificultades y derrotas – pero también sobre cómo las gestionamos. A su regreso el 18 de febrero, Joel se puso, lleno de energía, junto con sus obreros, manos a la obra con la planificación de una vivienda digna para Julio. Dado su alto grado de invalidez, ésta debía ser además apropiada para su silla de ruedas. Sin embargo, apenas habían empezado los trabajos de preparación, se presentaron las hermanas de la madre de Julio, reclamando que estarían dispuestas a permitir la reconstrucción, siempre y cuando ellas recibieran una indemnización.
En su lógica el terreno pertenece a todos los hermanos, pero de esta manera sólo se beneficiaría la famila de Julio …
Las largas negociaciones no hicieron cambiar de opinión a las hermanas. Por nuestra parte, no podemos, ni queremos, atender su demanda. Por tanto, no es posible comenzar por el momento con la necesaria y urgente reconstrucción.
Julio y su familia se ven obligados a continuar viviendo en condiciones absolutamente precarias. No obstante, estamos valorando alternativas para poder ofrecer a Julio y a su madre un hogar digno.
Esta situación nos permite priorizar la reconstrucción de la vivienda de Marisa y su familia, cuyas vidas han sido fuertemente marcadas por el revés del destino. A Marisa no le es posible trabajar, debido a su dolorosa enfermedad, pero además tiene que mantener a su hermano, que es sordomudo. La choza dónde viven está a punto de quebrar y su hermano ha sido reubicado en una casa anexa en condiciones penosas. En nuestro país no alojaríamos ni a las gallinas en un lugar así.
Joel y sus obreros se han puesto manos a la obra con gran motivación. La familia ayuda en lo que puede. ¡Es conmovedor ver renacer la esperanza en sus rostros! Observación sobre nuestra ética: Pagamos a los obreros sueldos justos, los cuales contribuyen a que sus familias no tengan que levantarse hambrientos de la mesa.